01 febrero, 2012


Acostada en su cama, observando distraídamente  las gotas estrellarse contra el suelo al otro lado de su ventana. Sus pies inquietos danzando al ritmo de la música de fondo que engalanaba la oscura habitación mientras sus cabellos flotaban gracias al viento que se filtraba por una grieta en la pared. Sus dedos se deslizaban por la ventana siguiendo el recorrido de las gotas que resbalaban lentamente. Solo la luna escondida  tras la espesa lluvia conocía el secreto de su pícara sonrisa y la razón de sus carcajadas. L a muchacha estaba loca, hipnotizada por ese paisaje fantasmal que la encerraba en sus sombríos pensamientos.

2 comentarios:

Kiki Gruñitos dijo...

me gustó tu descripción de la historia :)

Noelia dijo...

A veces la lluvia es la mejor acompañante de esos pensamientos que trasladan a nuestra mente y corazón a esos lugares que nos hacen sonreí como idiotas ;)