23 diciembre, 2011


No sé como describir esta sensación que me atormenta. Es una mescla de furia, sufrimiento, alegrías, recuerdos, esperanzas y desesperación. Todo esto sigue estancado en mi cabeza y como siempre, la razón sos vos. Aunque quiera, trate, me esfuerce siempre seguís vos ahí complicando las cosas, produciendo incertidumbre.  Sé que estas dudas no me atormentan sin sentido, estoy buscando la ”felicidad”, un poco de amor o simplemente estar segura de que en verdad lo nuestro no tenía que ser. Cuantas veces habré  dicho que ya no me importas, que ya salí adelante y que aunque te siga queriendo ya no lucharía más, todas y cada una de las veces que lo dije siempre hubo una partecita de mi corazón que no quería rendirse, que aceptaba las reglas del juego y quería seguir jugando aunque tuviese que arriesgarlo todo. Ahora que las cosas son un poco diferentes ya no sé cómo seguir. Aunque siga intentando mentirme a mi misma nunca voy a poder engañar a esa parte luchadora de mi corazón, por lo que seguiría perdiendo el tiempo, parece entonces que debo arriesgarme (no tengo nada en verdad que perder) y jugar el juego. Solo debo encontrar las palabras, el momento para dar el primer paso que supone ser el más difícil y luego atenerme a las consecuencias sean buenas o malas.                                                                                  
Ya no soporto más escuchar que no sos feliz, que te sentís solo, teniendo yo tanto para dar. Siempre trato de estar ahí para vos, pero sé como sos y por más de que me siga esforzando nunca voy a poder romper tu burbuja. Intenté dejarte ir, que encontraras tu propio camino, tus propias salvadoras pero ya paso demasiado tiempo y vos seguís así de destruido. Eso es lo que me angustia mas, es el saber que tengo tanto para dar y en verdad no espero nada a cambio, solo que me recibas. Tengo la confianza de que conmigo las cosas serían diferentes, tuve perseverancia y llegué a conocerte lo suficiente como para saber que lo que yo puedo darte es más de lo que esperas de mi, aunque sea más valioso. Lo único que falta es que vos confíes en mí, que me des la oportunidad de ser felices.  
Y después de pensar tanto es vos recaigo en que al final lo único que queda es yo y solo yo. Que todo esto no es por vos, sino por mí, por lo que yo quiero, por mi felicidad. Después de tanto tiempo, de tantas dudas y cambios sé que perdí un poco de magia pero tengo esperanzas de recuperarla con vos o con alguien más, pero para poder llegar a algún otro necesito cerrar lo nuestro y la única forma de hacerlo es enfrentarte.

1 comentario:

Dali dijo...

Ay, me encantó esta entrada, porque de alguna forma es lo que nos representa a todas las mujeres. Es hermosa y me re identifiqué con algunas cosas, te amo.