07 octubre, 2011

Luego de un día pesado oyendo las gotas de lluvia caer y estampase sobre el suelo, cae la noche fría, oscura y silenciosa. Las almas mendigan por las calles pero la ciudad muere. Los aromas se entremezclan con la pegajosa humedad y el gusto salado que se desprende de las lágrimas. Los corazones se pudren lentamente desprendiendo ínfimas partículas de locura y pasión que se unen al flameante viento y a su sinfonía. Se escuchan gritos de miedo que escapan de mentes tan cobardes como vulnerables. La ingenuidad se esconde dentro de un placard y todo parece ser perfecto, hasta que nuestro propio fantasma nos muestra la mediocre realidad.

6 comentarios:

Lorena dijo...

Me identifique, ademas senti una sensacion extraña cuando lo lei.
Hermoso texto.
Besos!

Anónimo dijo...

Me uno a la identificación y la sensación extraña pero maravillosa que me recorrio el cuerpo.
Increible!

Noelia dijo...

Simplemente me encanto el texto que ha quedado en mi una sensacion dificil de explicar :)

Elizabeth dijo...

ay, titi! me encantan los cambiosssssss

Kris Weys dijo...

Es un poco escalofriante...pero me ha encantado leerlo. El lado oscuro también es bello...

Pásate: http://krisweys.blogspot.com/

Un abrazo :)

Noe dijo...

Genial la entrada ame el blog ya te estoy siguiendo te digo mi blog así me seguís vos :) http://nadiedijoquelavidaesfacil.blogspot.com