20 agosto, 2011


Hay momentos en la vida en los que debemos separarnos de las personas que mas queremos para poder seguir nuestros propios caminos, esos son los momentos donde prometemos nunca olvidarnos y seguir en contacto siempre. Esa promesa tan sencilla de decir, se transforma en una odisea a la hora de cumplirla cuando va pasando el tiempo. Cada uno vuelve a encerrarse en su propio mundo y esta tan hundido en su nueva vida que solemos olvidarnos de aquellos que tan bien nos hacían. Creo que eso no es totalmente malo, ya que cambiar significa crecer. Pero hay días en los que nos agarran flashes del pasado y caemos en que extrañamos eso que ya no está. Ahí es cuando los recuerdos nos sacan una sonrisa y algunas lágrimas se escapan.
Cuando volvés a estar en contacto cada tanto con esas personas especiales, te das cuenta de que la confianza nunca se pierde. Esas charlas en las que el silencio no interrumpe ni un solo segundo y son tantas las cosas para contar que siempre nos terminamos yendo por las ramas y eso termina en infantiles carcajadas. En esas charlas resumís tu vida en un par de conceptos, como si se la estuvieras contando a un psicólogo, siempre esperando un consejo de esa persona que nos conocía tan bien. Esa sí es la verdadera confianza, la que el tiempo nunca va a poder cortar.

2 comentarios:

Marta. dijo...

a mi me ha pasado eso, aunque algunas veces no llega a salir bien v.v me encantó la entrada, te quedó muy linda :)

te espero en http://somethingstriggeredmma.blogspot.com besos ♥

escuchando palabras dijo...

lo dices todo, el tiempo hace muchas cosa, besos