04 julio, 2011

Dying Slowly

Estoy de muy mal humor. No tengo ganas de escuchar a nadie, de hacer nada, ni siquiera de escuchar música. Esto de estar enferma me pone odiosa, histérica, con ganas de mandar todo a la mierda. Yo se que nadie tiene la culpa pero en este momento no soporto a nadie, quiero encerrarme en mi cuarto y dormir aunque sea de mala gana. Pero no, no puedo porque tengo mil cosas que estudiar y sé que si ahora me dejo ganar por mi mal humor después lo voy a lamentar, así que voy a aprender de mis errores e intentar concentrarme. Ni siquiera escribir me está ayudando en estos momentos, solo logra distraerme un poco. Odio esta sensación de no querer hacer nada, me siento como apagada, como si todo estuviera derrumbándose a mí alrededor. Pero ni siquiera tengo fuerzas para salir a despejarme un poco, solo estoy luchando contra mi misma y el deseo de dormir hasta que mañana sea un nuevo día. Creo que cuando  nos sentimos bien es imposible imagina que tan mal la podemos pasar estando enfermos. Realmente un resfrió y una toz odiosa no son nada graves pero me siento decaída, como si una frasada pusiera arreglar todos mis problemas y una cama con una almohada bien mullida del lado frio fuera mi lugar en el mundo.

1 comentario:

Dali dijo...

Aaaaaaaaaaaaaaaaaaaa, ayer me pasó lo mismo. Hice una nota re parecida, jaja. Te amo.