La cuestión que otra vez está dando vueltas por mi cabeza es si vale o no la pena. Lo hago o no lo hago? Me arriesgo y que sea lo que el destino quiera o mejor prevenir las cosas antes de lamentarlas? Estoy casi segura de que mañana mismo voy a tener otra posibilidad, otra más entre tantas que ya perdí y no sé cuando tendré otra o simplemente si la tendré. Cuando hablo conmigo misma me doy cuenta de que es la forma más rápida de aclarar las cosas y limpiar el camino, pero a la vez la manera más difícil y arriesgada.  También tengo en cuenta que la responsabilidad de mis actos es únicamente mía y esta vez tengo las mismas posibilidades de ganar tanto como de perder, y eso me aterra un poco. Aunque ya vengo juntando fuerzas y cargo con más valentía de la que creía hace tiempo, saber que también tengo la posibilidad de quedarme callada y que las cosas sigan como siempre me está volviendo loca, necesito que alguien o algo me dé el empujón, que me digan que es la mejor decisión y que no me voy a arrepentir. El tiempo se me acaba, las horas pasan y mi imaginación esta cada vez más lejos del suelo, mañana espero despertarme con mente positiva y será mejor que tome un gran desayuno de confianza.